Permítanme, antes de entrar de lleno en el asunto, que muestre mi escepticismo natural cuando encuentro alguna de esas frecuentes noticias en la que se ofrece por fin una solución al problema de la alopecia. Uno lleva ya muchos años leyendo este tipo de anuncios y comprobando cómo pasa el tiempo sin que se hagan efectivos. Pero, evidentemente, para los que perdimos el pelo hace años, no cabe duda que leer este tipo de investigaciones y noticias hace que se nos ilumine una pequeña sonrisa en el rostro.
Sin embargo hay varios elementos en esta noticia que me hacen confiar algo más pues, en primer lugar, no proviene de la industria de la estética y cosmética sino de una institución como el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) dedicada a investigar algo tan serio como el cáncer. Además, el estudio viene avalado por el grupo de Biología Celular Epitelial del Centro en colaboración con las Universidades de Münster y Manchester y finalmente ha sido publicado en PLoS Biology.
Aun así, no estamos ante un remedio directo e inmediato para la calvicie sino que nos encontramos con algo mucho más curioso e interesante…
Mirna Pérez-Moreno y Donatello Castellana, autores principales del estudio, se encontraban investigando otro tipo de conexiones oncológicas en ratones cuando descubrieron que aquellos que recibieron un determinado tratamiento con antiinflamatorios, ofrecieron un inesperado resultado secundario reactivando el crecimiento de pelo.
Intrigados por este inusual dato, comenzaron a estudiar esta relación y descubrieron un vínculo entre el sistema de defensa de los ratones y la regeneración de la piel y el pelo. Concretamente se trata de los macrófagos, unas células inmunitarias cuya tarea principal es la defensa contra infecciones y curación de heridas, y resulta que también participan en el proceso de regeneración del pelo.
Una vez que se convencieron de esta conexión entre el pelo y el sistema inmune de los ratones, los investigadores comenzaron a probar con las diferentes células responsables de nuestra defensa fisiológica, y es aquí donde encontraron una sorpresa.
Resulta que en una fase determinada del crecimiento natural del pelo, una parte de estas células macrófagas muere, o más bien se suicida puesto que estamos ante el proceso de apoptosis, y curiosamente, tras su muerte el pelo comienza a crecer de nuevo. La conclusión a la que han llegado Pérez-Moreno y Castellana es interesante: al morir estos macrófagos, los que quedan vivos se estimulan y secretan factores que activan las células madre de la piel promoviendo de esta manera el crecimiento del pelo.
Este hallazgo se ha realizado aún en fase de ratones, pero conocer este inusual proceso de muerte de macrófagos y activación del crecimiento de la piel y el pelo, abre las puertas a incontables desarrollos biológicos y farmacéuticos para la lucha contra la alopecia, regeneración de piel en quemados y un sinfín de aplicaciones más.
Referencias y más información:
Castellana D, Paus R, Perez-Moreno, M. Macrophages contribute to the cyclic activation of adult hair follicle stem cells. PLOS Biology (2014). doi: 10.1371/journal.pbio.1002002
Yahoo Francia: “Calvitie : une piste pour la repousse des cheveux”
Agencia SINC Consiguen regenerar pelo modificando células del sistema inmune