Los buenos modales te ayudan a generar fácilmente una buena impresión de ti mismo. Cuando estás solo, o con un amigo, no es necesario usar cucharas de postre o evitar contestar el teléfono, pero si vas a una cena del trabajo, ahí ya entran en juego ciertas normas de comportamiento. Sin embargo, es importante no confundir el seguir las reglas con caerle bien a alguien, no es lo mismo; no olvides que todo debe hacerse con medida.
Te recordamos las reglas básicas de buenos modales que te ayudarán a generar una buena impresión.
En un restaurante
- El hombre abre la puerta y deja que la mujer entre primero, después de esto le ayuda a quitarse el abrigo. Si han reservado una mesa, es el hombre quien debe preguntar cuál es y guiar a su acompañante.
- Reírse demasiado fuerte, hablar con mucho ruido y observar con detalle a otras personas es ofensivo.
- La regla de oro: quien invita, paga. Pero si la mesa no está reservada con anticipación y te dicen “vamos a comer“, cada quien paga lo suyo. Por lo tanto debes contar solo con tu propia cartera y avisar al mesero con anticipación que les traiga cuentas separadas para no tener que pasar media hora con una calculadora después de comer.
- Si tu invitado quiere pagar la cuenta, no discutas. Es más apropiado asentir y permitir que te invite la comida.
En una mesa
- No todos podemos presumir que conocemos a la perfección cada uno de los cubiertos. Y es completamente perdonable. En un restaurante te proporcionarán solo los cubiertos necesarios para el platillo que pediste. En todo caso estas ahí para pasar un momento agradable, no para participar en el concurso ”escoge el tenedor correcto". Pero incluso si te confundes, pídele ayuda al mesero. Esto no tiene nada de vergonzoso, nadie se va a burlar de ti.
- ¡Quita tu móvil de la mesa! Se ve realmente cómico cuando un empresario empieza a solucionar sus asuntos en medio de un restaurante. En primer lugar, está mal visto. En segundo lugar, los comensales pagan por pasarla bien, no para saber cómo te va en tus negocios.
- Debes ser puntual en tus citas. Si tardas mucho, eso no habla muy bien de ti. Además el pretexto del tráfico atascado ya no funciona, no convence y no es apropiado. El tiempo aceptable para llegar tarde son 15 minutos, después de los cuales es mejor hablar por teléfono y explicar la situación. Si mucho antes de la hora de la cita ya sabes que puedes llegar tarde, no esperes hasta el último minuto y avisa sobre tal situación.
La conversación
- Una persona bien educada muy pocas veces conversa acerca de sus asuntos personales, las relaciones laborales, sus hijos, enfermedades, preocupaciones, costumbres o gustos. Si no te lo preguntan, no compartas qué es lo que estabas haciendo en la mañana.
- No hables de los asuntos de tu entorno. Es decir, no chismorrees.
- Es útil no solamente hablar, también escuchar. No significa que tengas que estar callado. Debes mirar a tu interlocutor con interés y de vez en cuando hacer réplicas para demostrarle que entiendes de qué está hablando.
- Sé cortés, no interrumpas el relato de la persona con la que conversas, incluso si ya lo habías escuchado varias veces antes.
De visita
- Ya hemos hablado sobre llegar tarde, pero llegar temprano a veces es todavía peor. Nunca lo hagas, podrías sorprender a los anfitriones acomodando las mesas o preparando la cena.
- Lleva a tus hijos solo cuando te inviten junto con ellos. Los padres amorosos deben abstenerse de entretener al público con sus niños. En las reglas clásicas de la etiqueta se consideraba que el invitado podía llevar a un familiar o a un amigo en caso de que éstos estuvieran de visita en su casa. Sin embargo, si fuese esta la situación, debes avisar a los anfitriones con anticipación.
- Es mal visto rechazar la comida cuando estás de visita, debes aceptar lo que te ofrezcan sin vacilación. Aquel que sigue una dieta estricta no debería aceptar la invitación a cenar. Pero si decidiste ir, siempre puedes servirte una porción más chica, o incluso la puedes dejar en el plato, pero no entretengas a los demás invitados con tus problemas alimenticios y con tu reserva hacia ciertos platillos.
Estrechar la mano
- Por lo general, después de hacer un trato, las dos partes se estrechan la mano.
- Si estás entre personas desconocidas, puedes estrechar la mano cuando te presenten a los invitados.
- Si vas a una entrevista de trabajo es admisible estrechar la mano de tu futuro jefe.
- Si estás en un evento social y te invitan al escenario para entregarte algún premio, es usual estrechar la mano.
Las puertas
- Por lo general, cuando te dejan pasar, simplemente pasas y ya. El invitado siempre entra primero. Si el invitado es hombre, primero pasa la mujer. Cuando tienes que enseñarle la casa o la oficina a una persona muy respetable, al encontrarte con varias puertas, debes primero abrir la puerta, dejar pasar al invitado y luego adelantarte un poco al llegar a la siguiente puerta, abrir aquella puerta, etc.
- Cuando estás por entrar a una tienda o establecimiento, primero deja que salgan las personas y luego entras, de esta manera evitas que se atasque la gente dentro del edificio.
- Si ves la puerta de dos hojas: la mujer debe ir adelante, agarrar el tirador de la parte derecha y jalar la puerta, el hombre que está detrás debe interceptar el tirador y sostener la puerta mientras pasa la mujer. La parte izquierda de la puerta debe quedar a disposición de las personas que van en la dirección opuesta.
Las escaleras, el escalador, el elevador
- Antes se consideraba que el hombre, al subir las escaleras junto con una mujer, debía ir adelante de ella. Actualmente se ha establecido un orden ligeramente diferente: es prudente y justificable que el hombre quiera ir adelante de la dama solo si la escalera está oscura, empinada o temblorosa. Si no es el caso, la dama debe ir adelante.
- En los elevadores automáticos: si la mujer no está acompañada, presiona el botón necesario. El hombre que esté cerca del panel de botones debe preguntar a los demás (especialmente a las mujeres) qué numero necesitan y presionar los botones. En un elevador sobresaturado a veces la regla no funciona. Primero deben salir las mujeres. Asimismo, en los elevadores de los establecimientos el hombre debe hacerse a un lado dejando pasar a la mujer solo en caso de que no la esté acompañando.
El transporte público
- No hay necesidad de decir que los jóvenes no deben ocupar los asientos si hay mujeres de la tercera edad o damas embarazadas o con niños pequeños que están de pie. Sin embargo, te lo recordamos.
- Un hombre educado se sienta en el transporte público solo en caso de que no haya ninguna mujer cerca de él. Intentará ofrecer su lugar a la mujer que entre al transporte. Debe ceder su lugar a una mujer mayor, una conocida o una mujer que cargue una bolsa pesada.
- Una mujer nunca cede su lugar a un hombre incluso si es mucho mayor que ella. En la mayoría de los casos él se sentirá mal: ningún hombre quiere que lo consideren un anciano. Una mujer joven puede ceder su lugar a un familiar de la tercera edad.
- Si una mujer va acompañada de un hombre, él debe pasar primero haciéndole camino, y salir primero ayudándole a bajar.
En una tienda
- Al comprar algo no aburras al cajero con tus caprichos y una prolongada indecisión.
- Al acercarte a la caja debes tener listo el monto aproximado que vas a necesitar para realizar la compra, y no buscarlo en la cartera o en tus bolsillos en el último momento.
- No actúes pausadamente y no vuelvas a contar el cambio. El ritmo de vida actual nos exige acciones rápidas y determinadas.
Fuente: Brunch
Foto de portada: stilespb
Traducción: Genial.guru